El discurso oficial colombiano abunda en términos chocantes que asoman como pedruscos enterrados por azar en un camino, pero que son colocados por los asesores de comunicación con el propósito de inducir en la audiencia la sensación de confianza en una dirigencia que se siente falta de aceptación. Estos comunicadores hallan resonancia en los colegas empleados en los medios informativos a quienes les complace hallar expresiones fáciles de recordar y repetir para que la gente común sienta al escucharlos que entiende y asimila la materia de la que se está hablando.
Uno muy frecuente, es “puesto de mando unificado”, arrebatado a las autoridades militares y empleado para sugerir eficacia, pertinencia, inmediatez, sencillez, mancomunión. Cualquier presentimiento de dificultad o crisis es ocasión para ofrecer y destacar un “puesto de mando unificado”.
En esa narrativa, el modelo a seguir para el desarrollo de cualquier acción, es el de una intervención militar conjunta en un teatro de operaciones temporal y que supervisa una jerarquía en una coyuntura. Así toda situación es una operación destinada a mantener el orden público, es decir, a reproducir y mantener la “seguridad democrática” a la que los ciudadanos aspirarían según las ideas dominantes. No es necesario señalar ejemplos, quien no ha oído hablar de los puestos de mando unificados, simplemente habita en el extranjero.

Y ahora que se acerca la fecha dulce y bendecida en que se iniciará la vacunación “segura y eficiente” e ininterrumpida de “todos” los colombianos –apenas los estrictamente necesarios para certificar el porcentaje mínimo estimado para la inmunidad de rebaño-, las autoridades militares, instadas por su supremo comandante han diseñado la Operación San Roque 2 para ofrecer a la nación un relato fantástico, pues estarán prestos a “la detección de cualquier riesgo o amenaza que pueda afectar el Plan de Vacunación(sic)” y, según anunció el viceministro de Defensa, para ello van a estar “monitoreando el ciberespacio como los territorios” quizás aludiendo a que las fuerzas del mal intenten estropear la tarea redentora.
El Supremo Comandante en su alocución diaria, desperdició la oportunidad de resaltar el gallardo y certero bautizo de la operación con el nombre del santo protector de la peste que hizo la devota comandancia militar, mas indicó que “la fuerza pública utilizará todas sus capacidades para acompañar el Plan Nacional de Vacunación” y precisó que “en los territorios se desarrollará un trabajo con Puestos de Mando Unificados” con los que coordinaran “todas las acciones relacionadas con el acompañamiento de la Fuerza Pública al transporte, almacenamiento, y por supuesto, a la aplicación de la vacuna”.
Es obligatorio resaltar que además de brindar seguridad al transporte de las dosis, la mas trascendente labor a desarrollar por los militares, indicada por el “Marco de Seguridad” consistirá, no se sorprendan, en conformar “anillos que se establecerán en los sitios de almacenamiento y en los lugares de aplicación de la vacuna, tanto en zonas rurales como urbanas”. Con tan atinada medida, los soldados mantendrán el orden de la inquieta y tormentosa multitud que se reunirá con horas de antelación al inicio del proceso y facilitarán así el paso de los ilustres personajes que bien escoltados por la oficialidad a cargo del operativo deben recibir la vacuna sin espera ni turno para continuar con su esforzado sacrificio en las elevadas labores de las cuales se ocupan para beneficio nacional.
En mayo pasado, un contingente muy bien pertrechado de mil combatientes fue asignado al Amazonas por el señor presidente
para impedir el ingreso de nuevos casos de virus en la frontera con Brasil. lograron una victoria resonante que aún no ha sido reconocida con ascensos, cruces de Boyacá e inscripción en los libros de historia:
Los sacrificados soldados se atravesaron al avance del covid-19 y en un acto heroico, en junio casi todos resultaron infectados liberando así de mayores sufrimientos a los ciudadanos de Leticia.
¿Tendrán suceso los heroicos destacamentos con este nuevo deber en esta esforzada lucha para contener el avance despiadado del enemigo viral? Resulta temerario poner en entredicho el asunto.